La ciencia, la tecnología y el conocimiento en general, atraviesan todos los estratos de la vida cotidiana (economía, educación, salud, trabajo, bienes, servicios, etc.) constituyendo un poderoso instrumento para resolver problemáticas propias como también permitir al Estado realizar de manera eficaz el diagnóstico, formulación y aplicación de políticas de alto impacto social y/o económico.

La Farmacología es claramente uno de los actores principales del sistema de salud. Desde mediados del siglo XX el inmenso aumento de la expectativa de vida que experimentó la humanidad se dio por el fenómeno de racionalización de la terapéutica, un proceso que involucra la identificación de las causas de la patología, la comprensión racional del proceso fisiopatológico y el desarrollo de una terapia para revertir o curar la patología. En la gran mayoría de los casos, dicha terapia viene acompañada del uso de fármacos. Pero el desarrollo del fármaco no se limita a diseñar una sustancia capaz de bloquear o favorecer un mecanismo sino busca lograr además la efectividad de esa sustancia para llegar a su blanco y actuar de la manera más selectiva posible.

Considerando estos últimos conceptos, es claro que aún queda un gran camino por recorrer. El Instituto de Investigaciones Farmacológicas fue creado con esta misión hace 50 años por el Dr. Bernardo Houssay. En este largo camino recorrido hemos realizado grandes aportes a la Farmacología: la generación de conocimiento científico relevante, la formación de numerosos recursos humanos que incluyen a prestigiosos investigadores insertos a nivel nacional e internacional tanto en la academia como en el sector socio-productivo y una fuerte transferencia de dicho conocimiento al sector productivo y de salud.

Nuestras actuales líneas de investigación abarcan gran parte de la Farmacología actual, y es nuestro objetivo profundizar estas capacidades para continuar en el camino iniciado hace casi medio siglo como referencia nacional en cada aspecto de la materia.